domingo, 30 de enero de 2011

La existencialidad del libro...

Hace ya algún tiempo que vengo pensando sobre el futuro del libro tal y como lo conocemos, con tapa y contra tapa, con decenas, cientos a veces hasta miles de hojas llenas de palabras impresas en tinta negra o de colores, a veces con errores, pero en general con buena gramática y ortografía, hojas que todos los días nos enseñan nuevas palabras, hojas que todos los días nos hacen vivir nuevas experiencias y que nos llevan a nuevos mundos a través de nuestra imaginación o que nos educan.
Y es que desde el boom del Internet y la importancia que este ha tomado en la globalización cada vez menos gente lee por el puro gusto de leer, ya cada vez menos leen libros en físico, prefieren ver un vídeo en youtube o leer, como ahora, un blog o un tweet, no me malinterpreten, no tengo nada en contra de la modernización y digitalización de la información (si no no estaría escribiendo un blog...), es solo que este fenómeno ha contribuido enormemente a la extinción de los libros, y es así que en un intento por competir con esto las editoriales han lanzando hace ya algún tiempo los e-books permitiendo que todo eso que solíamos leer en las hojas de un libro en el sofá con un café recién pasado lo podamos leer en una computadora portátil sobre nuestro regazo, no es lo mismo, pero al menos es algo... claro que todavía vemos libros y librerías, aunque ya no son los y las de antes, ahora sólo compran libros los "eruditos", "bohemios" o los "antiguos" como si tener uno fueran un suerte de rareza.
Es por eso que creo que esto es la evolución del libro, una suerte de mutación en pleno proceso de extinción tratando de asegurar el futuro de su especie, por ahora parece que lo han logrado...
En lo que a mi respecta, prefiero pasar mis tardes con un buen libro y un buen café. Y tú?

sábado, 29 de enero de 2011

Crisis, redes sociales y más...

Hace ya algunos días que la televisión nos bombardea con imágenes de la crisis socio-política en Egipto, vemos miles de egipcios corriendo por las calles, arriesgando su vida por lo que reclaman, libertad, democracia, y otras utopías sociales en las que siempre se basan las rebeliones... vemos miles de jóvenes que desafían tanques y ejércitos armados nada más que con piedras, incendian autos (del gobierno o no) y edificios (de nuevo del gobierno o no), todos parte de esta rebelión que sigue el ejemplo de aquella que no hace ni un mes aconteció en Túnez.
No es difícil comparar esta rebelión del pueblo egipcio con tantas otras rebeliones en nuestra historia que reclamaron lo mismo, donde pueblos largo oprimidos se levantan cuando la última gota calma su enorme vaso de paciencia y salen a las calles a reclamar sus derechos, utópicos, pero sus derechos, nuestros derechos al fin y al cabo, algunos tumbaron un muro en Berlín, otros derrocaron dictaduras militares... pero esta vez hay algunos elementos importantes diferentes, si bien el fin es más o menos el mismo, los medios cambian, ahora lo que pasa en un extremo del mundo llega en segundos a nuestros oídos, las telecomunicaciones viajan casi a la velocidad de la luz, y los llamados "fenómenos de las redes sociales" llámese Facebook, Twitter, etc. se vuelven una herramienta cada vez más importante y trascendental de comunicación, literalmente tienen la capacidad de levantar un pueblo, francamente, este poder asusta, la magnitud de lo global y veloz de este nuevo medio de comunicación es abrumador, nos llena los sentidos de información que viene por toneladas, y hace más difícil que podamos ejercer nuestra capacidad de filtrar dicha información y el ser capaces de interpretarlas, pues nos llega tanta, que ni bien terminamos de escuchar, ver o leer una, ya nos llega otra, y no llegamos a verdaderamente analizarla, si nos detuviéramos a hacerlo nos atrasaríamos...
Es este nuevo poder de penetración masivo socio-político e informativo el que mal guiado nos puede llevar a tomar decisiones colectivas equivocadas, apuradas, mal o no asesoradas... estoy totalmente de acuerdo con la razón y el fin del levantamiento egipcio, pero no con los medios, la crisis a la que están llevando a su pueblo, a la que se están llevando ellos mismos puede resultar muy perjudicial, pues alrededor de los ciento o miles que reclaman sus derechos saliendo a las calles hay miles y decenas de miles que salen a saquear, robar y violentar, y muchos más que se dejan llevar por éstos. Imaginar que tantos tesoros culturales, que en realidad le pertenecen a la humanidad y no sólo a los egipcios están sufriendo daños irreparables durante esta crisis ya quedó en el pasado, pues ya sabemos que fue realidad, lo que no sabemos es cuanto se ha perdido, tal como en su momento pasó en Irak. Y el daño cultural es sólo uno de tantos, están creando un bache económico, político y social del que les costará salir...
se hubiera podido evitar todo esto si se hubieran detenido sólo unos segundos a pensar... no lo sé, y francamente, en esta aldea global, nunca los sabré...

jueves, 25 de marzo de 2010

Dolores de Cabeza…

25 de marzo del 2010, actualmente casi 24 horas continuas de dolor de cabeza… desesperante, espeluznante, casi incapacitante… empieza de pronto, sin previo aviso, “migraña clásica” le llaman, no entiendo, la música puede ser clásica, la literatura puede ser clásica, hasta una época determinada de la historia puede llamarse clásica, pero llamar clásica a una condición de dolor inesperado me parece hasta cruel, humor negro. Luego del inicio desprevenido de la “migraña clásica” suelo tomar algún analgésico, rogando que haga efecto y calme el dolor, he tomado de todo, ninguno es totalmente efectivo, básicamente, cuando tomo una pastilla es como si jugara a la ruleta, con muy pocas chances de ganar… si el dolor no pasa, empieza a aumentar progresivamente, luego vienen las náuseas, a veces vomito, a veces no… cuando el dolor ya es muy fuerte me mareo, todo me da vueltas, el tiempo parece detenerse y el dolor hacerse eterno… Ya van casi 24 horas de dolor, y recién empieza a amainar, suerte, a veces dura tres días o más… irónicamente, es en momentos como este, cuando el dolor me va dejando, y mi conciencia va retomando su lugar, que me vuelvo algo más lúcido, pienso con algo más de claridad, incluso a veces me dan ganas de escribir, ya no versos ni poemas, si de reflexiones, esas que salen de lo más interno, como éste reclamo/reflexión sobre mis dolores de cabeza, que parecen no quererme dejar en paz…

domingo, 21 de febrero de 2010

Cazador

La luz me atrae, quiero llegar a alcanzarla, corro tras ella, trato de agarrarla, entre mis dedos se escapa, como si de repente fuera un líquido dorado fluyendo en el cielo… no consigo atraparla, es escurridiza la muy maldita, sigo corriendo tras ella, pero cada vez la veo más lejos, la fatiga empieza a adueñarse de mi cuerpo, sudo mares, mis músculos se agarrotan, mi vista se nubla, ya empiezo a sentir que tiemblan mis piernas y la luz se aleja… en mi estado pseudoconciente caigo en cuenta que la luz no corre por correr, si no que huye de la oscuridad, que la está alcanzando, puedo sentir su desesperación, el nerviosismo de la luz es tan nítido ahora que acelera mi corazón, la entiendo, yo también huiría de la oscuridad, que como un manto negro gigantesco va cubriéndola, apagándola, asfixiándola… pasan pocos minutos y la luz es ya sólo un punto a lo lejos, ya dejé de correr, se que alcanzarla no puedo, no mientras huya de la oscuridad, y todos los días huye de la oscuridad, me apena saber que para mí la luz será siempre inalcanzable, a no ser que… que yo cace la oscuridad…

jueves, 5 de noviembre de 2009

Tingo María, mi memoria, un verano


Llego, está lloviendo y hay en el ambiente un olor a vegetación húmeda, tan característico de la estación. El paraguas es un adorno, igual me mojo, pero no me importa, incluso era lo que quería, el agua de lluvia que cae sobre mi cuerpo amortigua el calor. Cielo cubierto, nubes cargadas, cargadas de agua, electricidad, cargadas de mis recuerdos, y más. Calles enlodadas, cunetas que parecen miniaturas de los ríos más caudalosos de la amazonía. De pronto para de llover, el cielo se abre en segundos, se torna inmensamente celeste, y el sol brilla con fuerza a lo lejos, el calor aumenta, la pista se seca, los ríos se acaban a lo lejos...
Las maletas, viejas, enormes, para mí, perfectas, hay una azul, siempre me llamó la atención, todavía recuerdo su olor, a cuero guardado, gastado, trajinado. No hay autos, un mototaxista se acerca a ayudarnos con el equipaje, llama a mi madre por su nombre, y le pregunta si vamos a la casa de mi abuelo, su vehículo es una simbiosis entre una motocicleta y un triciclo, un neumático delantero y dos traseros, cubierto de plástico para no mojarnos, parecería que entran sólo dos personas, pero recuerdo que alguna vez fuimos cinco o seis. Se enciende la moto, su ruidoso motor me agrada, de donde vengo no lo escucho para nada, nos dirigimos a la esquina del jirón Chiclayo con el jirón Ucayali, la moto se tambalea con cada bache, en algunas calles hay mas baches que calle, yo feliz, siento que estoy en una mini montaña rusa. En menos de cinco minutos llegamos a destino, bajo de un salto, me embarro, corro por un puente que va encima de la cuneta, voy por la vereda, paso el jardín que cuida mi abuelo, llego a la puerta, abierta, siempre abierta y...
... ¡ahi está! ¡mi abuelo! siempre está ahí cuando llegamos, sentado en su perezoza, mirando la televisión o simplemente mirando a través de la puerta, con sus pantalones plomos y su camisa clara y fresca. Lo abrazo, le doy un beso y grito a los cuatro vientos que ya llegamos, me sonríe, y en su rostro se mueve de manera graciosa su tupido bigote, sus arrugas se acentúan, se ve feliz, su hija y sus nietos ya llegaron...
La casa, hace diez años que no la veo, pero la guardo vivamente en mi memoria. Una puerta doble de madera en la entrada, unos años después pusieron delante de ella una reja roja delgada. No hay ventanas, la luz se escabulle por una rendija entre la pared delantera y el techo, imagino por eso siempre tenía la puerta abierta, Una perezoza, una mecedora, el primero en llegar elige cual, siempre nos peleamos por la perezoza, un televisor viejo en blanco y negro, sobre un mueble de fierro de una máquina de coser antigua con una tela encima, una alacena grande cubre una pared, y varios espacios cúbicos cubren otra, una vitrina mediana en la tercera, la casa de mis abuelos otrora fue una bodega, no puedo sino imaginarla, ¡qué bodega debió haber sido! llenas las alacenas de productos de aquella época. Hoy sirven para guardar las cosas de mis abuelos, sobre todo telas de mi abuela, ¡una magnífica costurera!. Hay un mostrador, detrás del cual antendían a los clientes, hoy nos sirve de mueble, ¡jugué en él tantas veces!. Un pasadizo, se me antoja largo, oscuro. Al inicio, a la izquierda un descanso, una mesita con las guías y el teléfono, la pared es la agenda, reconozco mi teléfono en tinta negra. A la derecha el cuarto de mis abuelos, la puerta es una cortina, color claro y diseño floreado, una cama de dos plazas, colchón duro y almohadas planas, como le gustan a mi hermano, un mueble, varios cajones, la derecha de él la izquierda de ella, en el primer cajón de él esconden los chocolates, encima un televisor de doce pulgadas, a colores, ¡deben haber sido cientos las veces que me eché con mi abuelo a ver el chavo, y nos carcajeábamos hasta el cansancio! una mesa de noche a cada lado, en la de mi abuelo, un colección de monedas dentro de una alcancía (ahora sé que eran las monedas que no pudo cambiar con el cambio de moneda de los años ochenta). Otra cortina dentro del cuarto lleva al baño, un lavabo, un inodoro, y una ducha, oscuro, siempre oscuro, una pared de ladrillos con diseño hueco deja ver el cuarto de al lado. De vuelta al pasadizo, al final otro cuarto, chiquito, con dos camas de una plaza, el techo de calamina, unas veces gotea, otras veces se escucha cuando los gatos caminan, aquí la luz del día se filtra por las calaminas traslúcidas de la cocina, no es oscuro, pero la luz es extrañamente amarilla. Un puerta al final da al comedor, semi abierto, una mesa grande y pesada, sillas diversas, unas grandes otras pequeñas, al fondo, la refrigeradora, y un congelador, sin ellos nada resistiría este calor, a la derecha una vez entrado al comedor, se encuentra la cocina, pequeña, iluminada, repisas altas y bajas y un mueble largo con mallas en las puertas, en ella mi abuela hace maravillas. Hacia afuera, la lavandería, dos lavaderos grandes, mi ducha de todos los días!, ahí jugamos carnavales, ¡parecía como si andáramos en calzoncillo o trajes de baño toda la vida! una escalera lleva al techo, debajo de ella un pequeño baño, una ducha baja, y mi mamá se encontró con un sapo, un portón enorme y rosado? una puerta a la casa de al lado, un huerto/jardín al otro lado. Las escaleras de cemento, arriba una casa sin puertas ni ventanas, nueva, el hogar de un murciélago, que acompañaba a mis padres las noches de verano, antes, no había límite entre el techo de mis abuelos y el de sus vecinos, subíamos y paseábamos por todos los techos jugando, hasta que un grito nos bajaba volando.
Las semanas se pasaban demasiado rápido, antes de caer en cuenta teníamos que regresar, nunca quería, siempre me quise quedar, seguir jugando, seguir soñando. Las despedidas, no las recuerdo, no me gustaban, por qué hacerlo. ¡Cómo extraño Tingo María y sus veranos!, ¡su paisaje verde y su cielo extremo celeste!, ¡cómo te extraño abuelo, cómo te extraño!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Kundera y mi tiempo


Volviendo a mis raíces, releyendo a Kundera, es imposible cansarme de leer las livianas y profundas novelas de este incomparable escritor checo. Estuve pensando qué leer después de devorarme 10 cuentos que una editorial dice fueron recomendados por Cortázar... muy buenos, lo que hace muy creible que él los haya recomendado, para los interesados se llama "Cuentos Inolvidables"... bueno, antes de seguir divagando, como decía despues de leer esos cuentos, no sabía que leer, y no me animaba a dar una vuelta por la librería y volver a gastarme todo mi dinero en libros (una vez que entro en una librería, no salgo hasta quedarme sin nada!), así que agarré el conjunto de ensayos del maestro que tituló "El arte de la novela", así releyendo lo que se me antoja es una especie de paseo histórico por la historia de la novela europea contemporánea desde el muy particular punto de vista del autor, caí en ese círculo vicioso de querer leer todas la novelas que ahí menciona y no he leído todavía... Y así, devanándome los sesos pensando en cómo compraré tantos libros, fui dándome cuenta en lo mucho que disfruto la lectura, y la enorme cantidad de autores y obras que me quedan aún por leer, es que el mundo de la literatura parece no tener fin, a veces me imagino a mi mismo dentro de una pintura surrealista al estilo Dalí rodeado de libros en un cuadro repleto de ellos, con un motón de ojos para poder leerlos todos y relojes detenidos, para tener el tiempo suficiente para leerlos... lo llamo "el lector disociado", si supiera pintar lo plasmaría, pero no nací con ese talento, ni tengo la paciencia para aprenderlo. Mientras me hundo en el lenguaje de Kundera, pensaré en cómo detener el tiempo, y hacer lo que se me antoja, leer hasta que me sangren los ojos, por que sé que aún deteniendo el tiempo, no podre leerlo todo...

miércoles, 28 de octubre de 2009

Finito


Me pareció curioso que hoy, justo hoy, empezara a divagar y dar vueltas en mi mente pensando sobre la muerte, por ninguna razón, me vi a mi mismo encimismado en pensamientos oscuros sobre el final de la vida, y lo que sea que eso significa. Pensaba en lo aleatorio de la muerte, en cómo no hay forma de evitarla, en cómo culturalmente, a lo largo de milenios, desde que el ser humano se desarrolló socialmente le tememos a la muerte, desde la primeras culturas hasta nuestros días le atribuímos diversas características, desde que la muerte es el final, hasta que es sólo un "viaje al más allá", con una variedad casi fantástica de versiones de ese "más allá". He visto morir a agunas personas, de varias maneras, aunque todas lentas, no creo que haya una forma de morir rápido, sólo se muere, y así dure unos segundos, esos segundos pueden ser eternos...
La muerte me intriga, es un misterio que lleva milenios sin resolver, hasta ahora sabemos que somos mortales, sabemos que hay un gran número de causas de muerte, pero no sabemos porqué morimos, y me refiero al porqué no al de qué, y es que me cuesta entender que todo sea finito dentro de un universo supuestamente infinito, no logro concebir que seamos la punta de un iceberg de seres vivientes de todos los tipos y colores, pero todos mortales, que vivamos confinados temporalmente en un mundo que parece ser único, y que cada vez está mas sobrepoblado y gastado, que siendo el universo infinito, no podamos haber sido también nosotros infinitos, y estar rodeados de planetas con codiciones para sostener la vida como la conocemos en la Tierra, y colonizar el universo, ir creciendo hacia el infinito juntos. Se imaginan que no sólo estudiemos la historia por lo que cuentan los libros? sino por boca de sus propios actores? o mejor aún que los grandes escritores no mueran nunca y sigamos disfrutando de cuanto arte siga saliendo de ellos? o que mentes brillantes sigan desnudando los secretos del universo y su física?...
Así, mientras mi mente divagaba sobre lo que pasaría si no murieramos, e imaginaba un universo perfecto lleno de gente genial, no tardé en darme cuenta que no sólo es utópico, sino también sería caótico. Y es que, lamentablemente, como todo buen libro, como toda buena historia, para que algo sea bueno, para que algo valga la pena, debe tener un final. De ahi que, haciendo uso de la más falaz de las falacias, infiero lógicamente que el universo es finito como lo somos nosotros, como lo será algún día cada vez más cercano la humanidad...
Justo hoy, que celebro mi nacimiento, me puse a pensar en la muerte. Feliz cumpleaños...